Representantes de España, Colombia, Brasil, Bolivia, Perú, Uruguay, Argentina y Chile participaron en la quinta versión del Congreso Internacional de Arte, Ilustración y Cultura Visual en Educación “Pensar lo invisible ”. Una invitación a reflexionar sobre lo que normalmente no está en los medios de comunicación y de lo que cotidianamente no se habla. “Sobre todas las cosas es una invitación al deseo. Al deseo sobre todo del encuentro y reencuentro entre territorios y personas”, dijo Leonardo Casado, licenciado en Museología en Argentina.
19.04.2022
Por Francisca Vargas
La organización del Congreso Internacional de Arte, Ilustración y Cultura Visual en Educación “Pensar lo Invisible” estuvo a cargo de la Universidad de Los Lagos, Universidad de Granada y Universidad la República de Uruguay, entre otras. Para llevar a cabo el congreso se planificaron una serie de eventos educativos centrados en las escuelas rurales de la zona. Las que se realizaron desde el lunes 28 de marzo hasta el viernes 1 de abril. “Pensar lo invisible” fue la invitación que trascendió a todas las actividades formativas y se realizó en distintas islas de Quinchao, Chiloé.
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Rosario Velasco, vicedecana de estudiantes, redes y comunicación de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, España, comentó que“pensar lo invisible viene a denominar lo que realmente nos une a todos aquí. Porque hablamos de la procedencia de cada uno de los ponentes. De la procedencia de cada una de las necesidades. Pero en realidad lo invisible es lo que nos trae aquí. Que en realidad es el interés común que tenemos por el campo cultural y de las humanidades”.
La organización se propuso que el Congreso se llevara a cabo a 1.200 kilómetros al sur de Santiago, capital de Chile. Congregando a distintas personas del mundo académico, artístico, de la gestión cultural y de la educación. Esto para que trabajen con las comunidades en las escuelas en el archipiélago de Quinchao. Un conjunto de islas que son parte del archipiélago y Provincia de Chiloé. Las que cuentan con problemas de conectividad, ausencia de políticas que contribuyan al desarrollo y bienestar de sus habitantes. En diversas materias como salud, educación, y el desarrollo del patrimonio.
Pensar lo invisible
Ana María Restrepo, comunicadora social y gestora cultural de Medellín, Colombia, expuso que “creo que es absolutamente valioso pensar lo invisible. Eso alinearlo a un proyecto que le da sentido no solo desde la academia, porque hay muchos expertos académicos acá. Sino también desde la relación directa con el territorio. Normalmente atribuimos lo invisible a eso que no está normalmente en los medios y de lo que cotidianamente no hablamos”.
“Pero creo que la gestión cultural y la apuesta desde la educación desde la conexión con el arte visual. Lo que fomenta este congreso es precisamente poner en valor eso que normalmente no contamos, que normalmente no visibilizamos. Pero que sabemos que está ahí y le da sentido a la existencia. Yo creo que ese es el arte y esa es la cultura”.
La quinta versión del Congreso Arte, Ilustración y Cultura Visual en Educación: “Pensar lo Invisible” se enmarcó en la inauguración del año escolar rural. Instancia creada en 2017 para hacer visible la educación rural unidocente en la comuna de Curaco de Vélez. Contó con talleres para las comunidades educativas en el archipiélago de Quinchao, Chiloé. La difusión de la experiencia de trabajos en educación artística y gestión cultural. Exposiciones y presentaciones de publicaciones con temáticas ligadas al congreso.
Deseo
Leonardo Casado, licenciado en Museología, Buenos Aires Argentina, cree que el congreso “sobre todas las cosas es una invitación al deseo. Al deseo sobre todo del encuentro y el reencuentro entre territorios y personas. Me parece que el sentido de construcción de una comunidad. Más allá de los límites físicos y geográficos donde está el archipiélago de Chiloé. Todos estos espacios maravillosos a nivel paisaje, a nivel cultura. Tiene que ver con esa excusa en este pospandemia que estamos transitando. Encontrar justamente espacios de participación, espacios de diálogo, de conversación. Sobretodo de poder soñar, justamente, ese mundo futuro que queremos que ya es hoy”.
“¿Qué le faltaría? Yo creo que no le falta nada. En el sentido de que por suerte rompió con los esquemas de lo que es un congreso tradicional. Pudo trabajar muchísimo los intersticios. Creo que plantear lo que ocurre en los territorios, lo que ocurre con las comunidades en las escuelas. Comer con niños y con niñas ahí, conocer su espacio, su geografía, creo que supera toda expectativa. Si tengo que decir qué le falta, más días para poder seguir compartiendo y conociendo más lo que es este espacio”, finalizó el argentino.