Feliz 18 ¿Quién barre Puerto Varas?

El servicio de la basura no tiene feriados irrenunciables. Treinta personas en total barren la ciudad y en su mayoría son hombres de la tercera edad.

Puerto Varas se encuentra en plena celebración de fiestas patrias. Los locales adornan sus vitrinas de blanco, azul y rojo. Los supermercados invitaron con sus ofertones de carne y vino. Uno que otro cantante callejero cambia su repertorio a cuecas y cantautores nacionales como Los Jaivas o Illapu.

Días feriados, algunos con una semana de vacaciones y otros tomarán largos turnos. Ese es el caso de los trabajadores encargados del aseo y ornato, quienes dejarán todo preparado para que otros disfruten de esta fiesta al aire libre, sobre todo en la plaza pública. Son treinta auxiliares de aseo que barren las calles y las veredas y en su mayoría son hombres de la tercera edad.

El servicio de la basura no tiene feriados irrenunciables. Es por esto que en estas fiestas patrias los barrenderos se organizan para las actividades de la plaza. Salen a las dos de la mañana a limpiar y lo hacen hasta las seis de la madrugada. Eso, lamentablemente, nadie lo ve. Entonces cobra importancia el hacernos cargo de nuestros residuos.

Luis Arriagada tiene 75 años de edad (foto de portada). Lleva quince años trabajando para Servimar, desde que llegó la empresa a hacerse cargo del aseo de la ciudad. Antes cortaba los pastos de las áreas verdes del centro de Puerto Varas. Hoy trabaja en las tardes, de dos hasta las diez de la noche, barriendo todo el centro de la ciudad.

Nos reunimos en la plaza y nos mostró como la gente se sienta en las bancas o en el pasto y dejan papeles botados, dejando huellas de suciedad. “Mientras más limpia uno, más botan. El cigarro, papeles. Comen y botan. No hay limpieza ni cultura”, dijo Luis.

Sigifredo Mansilla es asesor de aseo en Puerto Varas - Diario Puerto Varas

Sigifredo Mansilla es asesor de aseo en Puerto Varas y tiene 67 años de edad. Hace cuatro años que trabaja barriendo todo el centro. Empieza en calle Salvador, pasa por San Pedro, la Plaza, el muelle y se vuelve. Llega al Santa Isabel y termina el cuadrante, dejando todo limpio a su paso.

A las tres de la tarde nos encontramos fuera del supermercado O’Higgins. Hizo un alto para conversar con Diario Puerto Varas, entremedio de los vendedores de frutas y verduras de la calle San Bernardo. Su jornada, al igual que la de Luis, comienza a las dos de la tarde y finaliza a las diez de la noche.

El sistema es simple: recorre el centro varias veces y cuando se encuentra con el camión debe vaciar su carro y seguir trabajando. Cuando necesita ir al baño va a la municipalidad o al mall ¿Y si quiere comer? Nos contó que a veces algunos puertovarinos le dan algo de comida, “me quieren tanto que a veces me dan”, dijo riendo. “Bebidas, sanguchitos y en el verano me dan helados pa la calor”, agregó.

Pasó un día a las oficinas de Servimar a buscar trabajo. En una semana ya tenía la pega. Recuerda clarita la fecha, 7 de diciembre 2015. Antes trabajó dos meses como guardia de seguridad en el supermercado O’Higgins. También afanó en construcción y en Santiago se desempeñó como guardia por doce años.

Le gusta su trabajo. Camina y recorre su perímetro acompañado de su escoba y contenedor. Siente que es su responsabilidad mantener limpia la ciudad. Así mismo se alegra cuando las personas valoran su labor.

El verano pasado pasó un turista argentino y lo felicitó, le dijo que Puerto Varas estaba limpio gracias a su trabajo. Le regalaron plata. Era la víspera de Navidad. Al respecto Sigfredo comentó “algunos valoran nuestro trabajo, no todos. Más la gente de afuera, los que son de aquí algunos nos miran mal. No están ni ahí con uno”.

Cuando le preguntamos sobre lo positivo y lo negativo de su trabajo el barrendero respondió: “Lo mejor es tener limpias las calles. A mí me gusta tener limpio, porque la gente le gusta la limpieza. Me gusta hacer las pegas bien. Pero a veces está el pasto lleno de puchos de cigarros. A veces reto a la gente. Cuando va la gente adelante y yo voy atrasito, de repente el pucho al suelo. Y yo les digo, caballero ¿Por qué bota el pucho en la calle? ¿Por qué no lo apaga en algún basurero?”.

Y, ¿qué le dice la gente? “Perdón, perdón, perdón”, añadió.

 

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2019-09-17T21:49:45+00:00 Categories: Actualidad|