Física Cuántica y vida cotidiana

Si en lugar de E=mc2 aceptamos que la energía para sanar al mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuente más poderosa que existe, porque no tiene límites”

Albert Einstein

 

Un día como hoy, el 11 de diciembre de 1901, a 20 días de fin de año. Max Born, un matemático y físico de origen alemán, obtuvo el Premio Nobel de Física por sus trabajos en mecánica cuántica, compartiendo el galardón con Walter Bothe físico alemán.

El reconocimiento, que es administrado por la Fundación Nobel y la Real Academia Sueca de las Ciencias, fue otorgado a Bothe por sus aportes a la física cuántica. Su trabajo trató sobre la energía y la función de onda de una molécula de tamaño medio.

Una aproximación de la Primera Ley de Termodinámica, conocida como la “Ley Cero”, uno de los tres pilares de la Mecánica Cuántica. Esta última es la rama de la Física que estudia la materia a escalas muy pequeñas: a nivel molecular, atómico y aún menor. Se trata de propiedades muy diferentes a nuestra escala.

La función de onda es una forma de representar el estado físico de un sistema de partículas (fragmento pequeño de materia, átomos y moléculas son partículas). Y en el marco de la física cuántica se refiere a que las partículas pueden ser representadas mediante una onda física que se propaga en el espacio.

Al leer el texto quizás usted se pregunte, pero, ¿tiene aplicaciones en nuestro ámbito cotidiano el mundo cuántico? Claro que sí. Por ejemplo en la tecnología que permite el almacenamiento y procesamiento de la información. Rápidamente vemos como la capacidad y velocidad de nuestros equipos electrónicos e informáticos se duplica año a año.

Según Teresa Versyp Ducaju Física de origen Belga, el futuro de la física cuántica estará ligado a la computación cuántica (equipos capaces de realizar cálculos exponencialmente más rápidos y con dispositivos de alta capacidad de almacenaje de información). Así como también estará ligada a la criptografía y el cifrado de códigos, la nanotecnología y todo lo relacionado a la manipulación y control de átomos y moléculas.

Finalmente, nuestro organismo utiliza mecanismos cuánticos, como por ejemplo, la transmisión de información entre neuronas. Además existe el planteamiento de que como observadores podemos colapsar la función de onda y crear nuestra “realidad”, es decir que somos energéticos y creamos nuestra realidad, porque formamos parte de la misma realidad cuántica. Entendiendo el espacio que nos rodea de una forma más interactiva.

Conocer el mundo cuántico nos facilita la vida cotidiana con cada vez más veloces procesadores de información. Los avances tecnológicos no lo son todo, pero pueden ser muy importantes para el ser humano, como es el caso de Internet. Así lo que hoy es ciencia ficción el día de mañana podría ser una “realidad”.

Constanza Hitschfeld W.
Constanza Hitschfeld W. Periodista
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2017-12-11T06:19:50+00:00 Categories: Ciencia y Medio|