Opinión: A no perder la humanidad

Margarita Bascuñán, porteña, activista, fue asesinada en Córdova Argentina por su pareja y quiero comenzar con la profunda reflexión de la Ministra de la Mujer Argentina cuando recibe a la familia en Córdova, “el femicidio se castiga duramente porque se transforma en una medida de disciplina para las otras mujeres a través del miedo y más aún cuando además se asesina a una defensora de los Derechos Humanos de las mujeres”. Profundas y claras las palabras: repercute y atemoriza a otras mujeres, es brutal porque se produce por la sola condición de ser mujer y por machismo que se niega y no quiere cambiar, es mejor generar miedo y pánico, que cambiar y ser humanos y tolerantes.

Columna de opinión
06.05.2022
Por Ana González
Presidenta ONG Lideracción, miembro Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres

En silencio y anónimamente han sido miles las mujeres activistas asesinadas en nuestra historia, gigantes humanas que buscaron avanzar en derechos e igualdad, en dignidad y un cambio civilizatorio, humano. Y hoy en pleno 2022 seguimos recibiendo también todos los días violencias, desde lo cotidiano y mínimo con frases como: “no me gustan las feministas porque tengo un hijo hombre” y nos preguntamos en nuestra colectiva ¿qué piensa esa madre que las feministas le harán a su hijo, castigarlo, asesinarlo?.

La aversión a la igualdad y el cambio, se ha basado en estereotipo que inhumanizan a las activistas feministas, colocando atributos que ni siquiera son ciertos, existe un hecho innegable de la causa. Nos gustaría que nombraran en ¿qué marcha de las miles que han realizado sólo mujeres se ha quemado, saqueado, enfrentado a piedras?.

El feminismo en su esencia antipatriarcal es pacífico, no con eso es condescendiente, es firme y directo, pero no violento, porque la guerra es un mecanismo de sometimiento y conquista profesado por el Patriarcado, no por nosotras. Por eso mismo las feministas reciben día a día violencia simbólica (nos inhumanizan), física, sexual y política y pese a ello ahí estamos logrando que las mujeres fuéramos a la universidad, a los colegios y escuelas, entráramos a la política, la economía, el fútbol, avanzáramos en derechos a nuestra autonomía, cuerpo y pensamiento, porque no solo luchamos también nos organizamos, porque tenemos sueños y esperanzas y nuestro mensaje es uno solo igualdad, humanidad, cultura civilizatoria, tolerancia a lo distinto, la hermosura de la diversidad.

Enfrentamos momentos complejos en nuestra sociedad hoy, estamos enfermos porque la violencia se desborda, pero cuidado con los estereotipos, no solo la del crimen organizado, un hincha de católica le tira una bengala a un niño brasileño de 7 años, los conductores se bajan con fierros a romperse parabrisas, los insultos racistas y clasistas son pan de cada día, los ataques a las activistas feministas, los femicidios (hace muy poco en Osorno sector de Rahue), etc. Me hacen pensar que el camino es esperanza y justicia, el desborde viene de la frustración, de la pérdida de sueños y de la incapacidad de cambiar, siempre podemos hacer un mundo mejor, siempre podemos crear, soñar, imaginar.

Estamos enfrentando un momento que es sin duda histórico y su comienzo fue la esperanza porque queríamos un país distinto digno, que no es otra cosa que justo, humano e igualitario que no es otra cosas que la paridad y la incorporación de la mujer a las decisiones, diverso que reconoce a todas nuestras culturas. Que no gane el terror porque la alegría y esperanza es algo que nos mercemos.

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