La travesía de los creadores de las mejores cecinas del país se remonta a 1852. El velero Australia recaló el 1 de agosto de 1852 en Puerto Corral, Valdivia. Provenientes del sur de Alemania viajaron buscando un mejor vivir. Luego de desembarcar continuaron su viaje al sur, donde el gobierno de Chile concedió un terreno y ayuda económica para poder establecerse en el país.
28.09.2021
Por Cecinas Llanquihue
Johanna Friderike Idler y Johann Michael Mödinger dejaron atrás su tierra natal Strümpfelbach, en búsqueda de mejores oportunidades para su familia. Se instalaron en lejanas tierras del sur de Chile. La huella de la primera generación de la familia Mödinger es el esfuerzo y sacrificio, que dieron sus frutos. La historia que comenzó con una chacra y un par de cabezas de ganado logró mantenerse por cien años y continúa hasta el día de hoy, transformada en una empresa que fabrica las mejores cecinas del país.
Hernán Mödinger, gerente comercial de Cecinas Llanquihue, consideró que “el sello de esta generación son la constancia y el trabajo. El trabajo en equipo y en familia, yo creo que esas serían las características de esta nueva generación. Un constante trabajo en familia y en equipo”
El gerente comercial cree que la clave es trabajar unidos, atentos a los cambios y apoyados por las nuevas tecnologías. Lo que no ha variado son las recetas, que se mantienen en forma clásica. Lo que les ha permitido mantenerse vigentes en el mercado. La base de las Cecinas Llanquihue es la proteína animal, lo que le da confianza al consumidor. Sabores y calidad que perduran en el tiempo.
“Yo creo que es la historia de esfuerzo de muchas familias. Que se repite en diversas actividades. Esto ha sido posible también gracias a todas las personas que han trabajado con nosotros durante muchos años. A las cuales nosotros reconocemos su compromiso para con la empresa. Así que la idea es seguir trabajando y seguir creando puestos de trabajo para las personas de acá de la zona”, añadió Hernán Mödinger
Johanna Friderike Idler y Johann Michael Mödinger fueron instalados junto a su familia en el sector La Laja, con ayuda del gobierno de aquel entonces. Otorgándoles una chacra, semillas y materiales, los que debían pagarse a un plazo de 5 años.
Tras permanecer un tiempo en ese lugar, decidieron trasladarse a Los Riscos -camino a Ensenada- zona donde comenzó a prosperar la faena agrícola y la crianza de ganado. Los ahorros de la familia alcanzaron para adquirir un par de cabezas de ganados, los que son destinados a proveer alimentos al grupo familiar. Lo que excede del consumo fue vendido entre los vecinos.
Más tarde Lorenzo Mödinger Bohle, nieto de Johann, comenzó a trabajar en la creación de lo que llegaría a ser una gran empresa familiar. Esfuerzo que dio frutos y subsiste hasta el día de hoy, cumpliendo con una historia de más de 100 años.
Lorenzo se trasladó junto a su esposa y sus diez hijos a la ciudad de Llanquihue. Localidad que con tesón y sacrificio de los colonos se transformó de bosques impenetrables en campos productivos.
La historia de esta ciudad comienza en 1852. Cuando se asentaron en la zona los primeros colonos alemanes quienes construyeron un puerto para comunicarse con Puerto Varas. Lugar donde la familia Mödinger abrióuna carnicería. La que no funcionó como se esperaba por la escasa población del pueblo y sus alrededores, más la crisis de los años 30.
En 1935, fallece el joven Lorenzo Mödinger. Sus hijos Juana de 16 años y Ewaldo de 15 años tuvieron que hacerse cargo del negocio familiar. Ewaldo tuvo que ausentarse debido a que tenía que realizar su servicio militar. Quedando Juanita sola al mando de negocio. Muy pronto recibió el apoyo de su hermano Leopoldo, mientras duró la ausencia de Ewaldo.
Para esta familia, empezar, levantarse y partir de cerofue su lema. En 1943 la historia les deparó uno de sus mayores desafíos. Una madrugada un voraz incendio en el ahumador de cecinas destruyó todo a su paso. Llevándose consigo las instalaciones del negocio y la casa familiar que albergó tanto cariño y sacrificio. Por ese entonces se incorporó un nuevo hermano al negocio, Arnoldo.
Con el apoyo de la comunidad se sobrepusieron a la adversidad. Con ello la posibilidad de obtener un gran sueño, el deseo de crear la primera fábrica de Cecinas Llanquihue de la familia Mödinger. La que comenzó a hacerse realidad en 1954, en los terrenos donde hoy se encuentra la carnicería Don Ewaldo.
Hernán Mödinger, gerente comercial de Cecinas Llanquihue, comentó que “a fines del siglo pasado se construyó la nueva carnicería. Que es la que está por ya más de 20 años. Se mantiene con altos estándares de calidad y con vitrinas refrigeradas donde se exhiben todos los productos. Tanto cárnicos como de cecinas. Eso yo creo que es lo que le ha gustado a la gente. La gran variedad de productos y la calidad de los mismos”.
El domingo 22 de mayo de 1960 el destino les tuvo una nueva prueba. Un devastador terremoto grado 9.6 en escala de Richter destruyó gran parte de la zona sur de Chile. La fábrica de la familia Mödinger no fue la excepción. Nuevamente años de sacrificios y dedicación, ya no solo de ellos, sino también de trabajadores, se encontraron en el suelo.
El gerente comercial rememoró que “yo tengo recuerdo de la carnicería antes del terremoto del sesenta. Ahí estaba siempre la tía Juanita ayudando a atender y en la caja con don Ewaldo y mi papá que era Arnoldo. Entre los tres trabajando más varios colaboradores atendiendo al público. Después del terremoto del año sesenta, se fue modernizando la carnicería. Con equipos de frío y con electricidad. Porque a los comienzos no había electricidad. Siempre lo hacían ver eso el tío Ewaldo, la tía Juanita y mi papá”.
Al no haber electricidad, los trabajos se hacían a pulso y serrucho. Los productos se mantenían aislados de la contaminación con mosquiteros. Por lo que la luz eléctrica fue un gran avance para el negocio. En esa época se vendían por sobretodo carnes de vacuno y después se incorporó la línea de cecinas.
La intención de cumplir el sueño familiar y surgir ante la adversidad fueron mayores. Luego de solicitar un crédito, adquirieron los terrenos donde hoy se ubica Cecinas Llanquihue, en la calle Vicente Pérez Rosales 901, en la ciudad de Llanquihue
Con un prestigio ya construido, debido a la excelente calidad y al delicioso sabor de sus productos, los tres hermanos, Juanita, Ewaldo y Arnoldo se enfrentaron a una demanda que creció a gran velocidad. Se incorporaron, entonces, el hijo mayor de Juanita -Claudio Gallardo- y de Ewaldo -Víctor y Enrique- que luego ampliaron la escala regional del negocio para transformarlo en la mejor fábrica de cecinas del país.
Debido a este explosivo crecimiento se fueron incorporando nuevas generaciones de la familia, aportando renovados conocimientos a la empresa. Se sumó un gran centro de distribución en Santiago para contribuir al desempeño logístico de la empresa. Abastecimiento en toda la zona norte del país, cumpliendo con un gran desafío pendiente.
En 1995 ingresó el primer representante de la cuarta generación familiar, Rodrigo Gallardo. Años más tarde se sumaron su hermano Carlos, y sus primos Roberto y Cristina Mödinger que actualmente trabajan en la compañía.
En 2002 se construyó el edificio corporativo, un nuevo hito para la tradición y la constancia de esta empresa. Esta amplia edificación albega actualmente a 585 trabajadores. En él se instaló tecnología de punta, donde Victor Mödinger está constantemente al tanto de las nuevas maquinarias que hay en el mercado.
El futuro de Cecinas Llanquihue
Hernán Mödinger, recordó que “se hizo siempre con proyecciones, fue una idea de nuestro primo Claudio Gallardo. Apoyado por todos nosotros. Donde siempre se proyectó un futuro crecimiento de la empresa. Y eso se está viendo en los días de hoy, que hay una gran demanda de estos productos y se ve que fue bien proyectada. Con todas las áreas de producción y de despacho y cámaras de frío. Como para ir creciendo de acuerdo a las posibilidades que da el mercado”.
La proyección a futuro se visualiza con un crecimiento aproximado de un 5% anual. Lo que hasta ahora le ha permitido a la empresa llegar a las actuales producciones y satisfacer la demanda de sus clientes.
El desafío de la familia Mödinger es permanecer en el tiempo. Teniendo como norte la integración de los aspectos de sostenibilidad en sus procesos. Para lo que llevan años trabajando, logrando ser una empresa que utiliza energías renovables y amigable con el medio ambiente. Tienen como compromiso reducir su huella de carbono, pensando en la carbono neutralidad que se ha puesto como horizonte país el año 2030. El objetivo de la empresa es continuar creciendo enfocados en un mejor futuro para las nuevas generaciones.