Este lunes se conmemoró el día del orgullo LGBTIQ+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans, Intersex, Queer y más), que recuerda lo ocurrido la madrugada del 28 de junio de 1969. Un arresto en “Stonewall Inn”, pub neoyorquino frecuentado por homosexuales, lesbianas y trans. Los policías comenzaron a pedir identificaciones y a arrestar a las personas. La multitud al interior del bar se rebeló ocasionando disturbios por días. Este fue un hito de la lucha LGBTIQ+ a nivel mundial.

29.06.2021
Por Francisca Vargas

Mundialmente el movimiento de la diversidad sexual ha llegado a la conclusión que entre el 7 y el 10 por ciento del total de toda población es hombre o mujer homosexual. Considerando los resultados del Censo Abreviado 2017, en Chile habría 860.189 hombres bisexuales o gays y 897.201 mujeres lesbianas o bisexuales. Dada la discriminación imperante las personas LGBTIQ+ suelen ocultar su orientación sexual o identidad de género. Actualmente en Puerto Varas mujeres se han organizado para luchar contra la discriminación y violencia. Son ellas quienes viven a diario el rechazo de una sociedad machista.

Fer Tagle, vocera de Matria Coordinadora Feminista de Puerto Varas explicó que “sensibilizar y visibilizar toda expresión y diversidad es un paso al fin de la violencia”. Agregó que “en la región falta mucho, la violencia machista es diaria”. En la Coordinadora de la que es parte tienen nexos con redes de lesbianas para apoyarlas y están conectadas a nivel nacional con distintas grupos. También mantienen sus redes sociales activas y números de ayuda a mano para apoyar a mujeres y disidencias víctimas de violencia. Como Matria se originaron en Puerto Varas, pero su intención es coordinar a nivel regional.

Es por eso que quieren levantar una casa de acogida para apoyar 24/7: “En Puerto Varas no tenemos dónde refugiarnos. Las más cercanas están en Puerto Montt y Osorno y reciben a mujeres y disidencias victimas de violencia física y psicológica. En la región aumentó en un 200% los casos de violencia por pandemia. Estamos en una cultura de la violación que solo la educación y el respeto sanarán”, dice.

“Las mujeres lesbianas son rechazadas por sus familias. Las insultan en la calle, grupos extremos se aprovechan de esta vulneración para asesinarnos. Tenemos el caso de Nicol Saavedra, aún sin justicia, porque el sistema judicial avala la violencia machista”, añadió Fer Tagle.

Representación en los medios

En las Colectiva Las Rudas, Feministas y Disidencias Autoconvocades de Puerto Varas agregaron que el capitalismo se apropia de los discursos para vender. Por eso no les sorprende que lo hagan con el movimiento LGBTIQ+. “Nos muestran como seres idealizades, “agradable y simpático” para el consumidor. No muestran a les trans pobres, que viven en las calles y venden su cuerpo por no tener otra oportunidad, ni a la lesbiana negra y anciana o indígena, porque incomoda. ¿Donde están cuando exigimos justicia? ¿Por qué no visibilizan los casos de LGBTIQ+ fobia?”, son algunas de las preguntas que plantearon desde la Colectiva Las Rudas.

“Hacer justicia en los casos de lesbofobia. Somos mujeres de todas las edades, razas y clases sociales. No hay única forma de ser o sentirse mujer. Los medios masivos tienen gran influencia en nuestra cultura, mucha gente tiene una perspectiva del mundo según lo que ve en la tele. Al no mostrar a la lesbiana como ese personaje que está en todas partes, que es tu prima, tu vecina, la conductora del noticiero, crea un tabú. Falta representación real, que las historias de lesbianas las cuenten las lesbianas”, agregaron Las Rudas.

Espacios de contención

En la Fundación Todo Mejora apoyan a niñas, niños, adolescentes y jóvenes que viven experiencias de violencia por su orientación sexual, identidad o expresión de género. Miguel Guelet, coordinador la fundación, recalcó que “más que celebración es un recordatorio de los desafíos que sus entornos exigen. La importancia de construir espacios seguros para los niños, niñas y adolescentes LGBTIQ+ que han visto expuestos sus espacios familiares o escolares en un confinamiento muchas veces obligado, que obliga a reprimirse. El desafío de los diferentes actores de la sociedad tiene que ver con garantizar la construcción de estos espacios, donde respeten su identidad, expresión y orientación de género y pueda promocionarse como espacio de comunicación, interacción y sana convivencia”.