Montaña y primavera presentan una gran oportunidad para la salud mental. El 24% de los chilenos muestra preocupación relacionada a la salud mental. Actividad física al aire libre como el senderismo y alpinismo en la majestuosa Cordillera de Los andes,  emerge como una herramienta poderosa para el bienestar emocional. La primavera permite explorar la montaña que ofrece refugio, alivia el estrés, mejora la concentración y estimula la creatividad.

25.09.2023
Por Lucas LÑiguez

Con la llegada de la primavera y su clima bondadoso, se nos presenta la oportunidad de recordar y valorar un activo esencial: nuestra salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 16% de la población experimentará un trastorno mental en algún momento de su vida, mientras que, en nuestro país, un informe de la Universidad Católica de Chile y la ACHS indica que el 23,6% de los habitantes presenta sospechas o problemas relacionados con su salud mental. Estas cifras subrayan la importancia de abordar esta creciente preocupación.

La actividad física, en particular la que se realiza al aire libre, es una herramienta poderosa para el bienestar mental. La montaña, con su grandiosidad y austeridad, ofrece un espacio ideal para encontrar alivio y renovación. Cada paso en la montaña nos aleja de las tensiones diarias y nos acerca a la paz natural.

Montaña

La práctica de actividades como el senderismo y el alpinismo no solo mejoran la condición física, sino que también liberan endorfinas que reducen el estrés y la ansiedad. La mente se relaja en entornos naturales, estimulando la creatividad y mejorando la concentración.

Chile, con su impresionante Cordillera de los Andes, ofrece un escenario inigualable para esta terapia natural. Desde el sur en el Parque Nacional Torres del Paine hasta el norte en el Desierto de Atacama, nos entrega infinitas posibilidades y escenarios.

Primavera

En resumen, la primavera y su clima propicio nos instan a priorizar nuestra salud mental a través de la actividad física en la montaña. La Cordillera de los Andes es un regalo invaluable en este sentido, y queda en nosotros aprovecharla para sanar nuestras mentes y reconectar con la naturaleza. La próxima vez que nos encontremos ante su majestuosidad, recordemos que no solo estamos buscando aventura, sino también un refugio para nuestro bienestar emocional. La montaña está ahí, esperando ser explorada, y la primavera es la mejor época para hacerlo.