Es importante reflexionar sobre la urgencia de los problemas ambientales que afectan al ecosistema global, que es el planeta que habitamos y, por sobre todo, sobre la acción desde los distintos espacios de influencia que cada uno tiene en la sociedad.

Columna de opinión
15.05.2023
Por Joaquín Rivera Zaldívar
Académico de Vinculación con el Medio
Facultad de Ciencias de la Naturaleza
Universidad San Sebastián

Si bien Chile emite una fracción menor de los gases de efecto invernadero, pues somos apenas el 0,23% de la población mundial, debemos poner atención a las emisiones per cápita. De acuerdo con las últimas estimaciones, en el país se emiten cerca de 4,5 toneladas de CO2, per cápita, al año, con una tendencia al alza. Este número por si solo no dice mucho, pero al compararlo con otros países, podemos afirmar que un chileno, en promedio, emite tres veces menos que un estadounidense, la mitad que un ruso, lo mismo que un francés y el doble que un brasileño, un boliviano o un uruguayo. 

Desde luego, según los niveles de consumo más o menos sostenibles, la huella de carbono de cada persona es distinta, por eso, una acción individual fundamental es el consumo responsable, entendido como un acto consciente, crítico al cuestionarse sobre las condiciones ecológicas y sociales de producción, y ético, relevando valores como la responsabilidad o la austeridad.

En su más reciente entrega, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) hace énfasis en que ha habido avances, pero que aún son insuficientes. El esfuerzo debe ser mayor y todos podemos contribuir. Es urgente fomentar la consciencia sobre la crisis climática, haciendo énfasis en el desafío que implica promover cambios en los estilos de vida y consumo sustentable.