Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer 2022, ONU Mujeres reafirma la importancia del quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible, el que busca alcanzar mejores condiciones para mujeres y niñas. Lo anterior porque desde 2018 se sabe que para implementar los ODS es necesario involucrar a mujeres, no solo como beneficiarias de las políticas que se implementen, sino también involucrándolas en las tomas de decisiones que las afectan a ellas mismas[1].

Columna de opinión
08.03.2022
Por Florencia Swinburn Allende
Coordinadora Recrea y Relacionamiento Comunitario
Fundación Legado Chile

 

En esa línea, es clavevisibilizar el rol que tienen niñas y mujeres en el cuidado de nuestro entorno y aún más en la mitigación del cambio climático. Si bien en Fundación Legado Chile promovemos la conservación de la naturaleza, también buscamos generar un puente entre las personas y su entorno.Somos parte de un mismo ecosistema, no podemos considerarnos como esferas diferenciadas y por lo mismo sabemos que se requiere integrar cada vez más perspectiva de género en el trabajo de conservación.

La relación diferenciada entre hombres y mujeres respecto al medio ambiente se genera por los roles estereotipados y relaciones de poder que como sociedad hemos concebido[2]. Lo anterior conlleva a que la mujer se vea más afectada por la crisis socio ambiental que el hombre. Esto último es importante de destacar, ya que, pese a que todos enfrentamos esta crisis, ciertos grupos se pueden ver más perjudicados que otros, según características sociodemográficas tales como género, grupo etario, nivel socioeconómico, zonas donde habitan, entre otros.

En tal contexto, las mujeres son más vulnerables al impacto del cambio climático, dado que son más dependientes de los recursos naturales y se enfrentan a escenarios más precarios que los hombres en términos económicos y sociales.

En particular, en el caso de las mujeres que habitan entornos rurales, es necesario analizar el rol al que han quedado relegadas por la sociedad en cuánto a tareas domésticas y de crianza, en las que tienen mayor conexión con los recursos naturales, los cuales son necesarios para sostener el hogar: alimento, especies, agua, leña, entre otros y donde vemos que las consecuencias se hacen aún más evidentes.

Muchas mujeres son recolectoras de plantas que les proveen el alimento y medicina al hogar, así como agua de pozos -u otras fuentes- y leña en aquellos sectores más fríos, donde cualquier alteración afecta directamente en su manera de vivir. Mientras que, bajo la misma lógica de roles estereotipados, el hombre ha tendido a relegarse al ámbito laboral, fuera del hogar, donde no se ve afectado de manera tan directa en lo cotidiano por las alteraciones naturales que genera el cambio climático como una mujer.

A lo anterior hay que sumar el que las mujeres son quienes están menos representadas en contextos económicos o políticos, es decir en espacios de toma de decisiones. De hecho, acorde al Segundo Reporte de Indicadores de Género en las Empresas[3]elaborado por el Ministerio de la Mujer en conjunto con Chile Mujeres, en los directorios solo el 10,5% de sus integrantes son mujeres y en las gerencias de primera línea la presencia femenina es apenas del 21,2%.

De esta manera vemos un círculo vicioso donde las brechas de género existentes generan que el cambio climático afecte de mayor manera a las mujeres, pero al mismo tiempo estas brechas evitan que la opinión de ellas sea considerada en espacios de toma de decisiones. Se deja así de lado la opinión y por ende complemento de perspectivas de la mitad de la población y con ello la posibilidad de tener un mejor manejo al momento de mitigar el cambio climático.

ONU Mujeres plantea que las mujeres y las niñas son líderes eficaces y poderosas que impulsan el cambio para lograr la mitigación y la adaptación climática ,involucrándose en iniciativas sostenibles en todo el mundo, con su participación y liderazgo generando una acción por el clima más eficaz.

Es mucho en lo que debemos avanzar aún para co-construir un mundo más equitativo, que nos permita enfrentar de mejor manera la crisis socio ambiental, desde la educación, desde la conservación o desde la política. No esperemos un año más para volver a los temas que convoca el 8M, todos los días podemos seguir aportando a una sociedad más justa y equitativa y así también contribuir en la mitigación del cambio climático. Ser visibilizadas no es suficiente, se debe considerar a las mujeres en los espacios de liderazgos y potenciar sus voces para poder construir un futuro que se sostenga en el tiempo.

[1]Camps, Tatiana (2021) Liderar desde lo femenino. Ediciones Urano, Chile S.A

[2]Cepal (2021) Implicancias de los roles de género en la gobernanza de los recursos naturales en América Latina y el Caribe.

[3]Chile Mujeres y Ministerio de la mujer y la equidad de género (2021) Segundo reporte de indicadores de género en las empresas en Chile 2020. MMEG, Santiago Chile.