La baja asistencia a votar de la población mayor en Chile lo sitúa como uno de los países con la menor participación electoral de América Latina en este grupo etario. Esto significa que existe una brecha de participación entre personas mayores y jóvenes.
Columna de opinión
10.12.2021
Por Claudia Rodríguez
Coordinadora General Centro Integral para el Envejecimiento feliz
Universidad de los Andes
En las elecciones recién pasadas votaron el 47,6% de la población, principalmente población adulta y joven, pero en un menor porcentaje las personas mayores. Según datos del Servicio Electoral (Servel), el año 2020, el 49% de los votantes entre 65 y 69 años no fue a votar, de entre 70 a 74 años más del 53% tampoco lo hizo y de las personas de 80 y más, el 81% no asistió a las urnas, demostrando que a medida que aumenta la edad, la participación electoral por grupo etario desciende considerablemente.
Los países que han implementado transformaciones en los sistemas de votación han buscado dar mayores facilidades para emitir el sufragio a quienes tienen dificultades para ejercer su derecho. La pandemia, por ejemplo, ha significado un gran reto para los sistemas electorales en el mundo, debiendo incorporar sistemas de votación alternativos, conocidos como “Acuerdos especiales de votación”.
Existen alternativas que debemos como país empezar a incorporar pensando en la participación electoral de las personas mayores, como es, el voto anticipado, el voto a través de correo postal, la votación a través de urnas móviles o el voto por poder.
El objetivo es facilitar y promover la participación de aquellas personas que cuentan con dificultades de acceso o que se encuentran imposibilitadas, fortaleciendo el envejecimiento activo, la participación y representación de las personas mayores ante los procesos democráticos de un país.