Una escultura de liebre de tamaño humano sosteniendo un bebé instalada en la costanera de Puerto Varas llamó la atención de la comunidad la semana pasada. Camilo Guerrero, escultor, maestro en artes plásticas y artista independiente, explicó a Diario Puerto Varas cuál fue su inspiración y qué le parecen los comentarios negativos hacia su obra.
26.04.2023
Por Francisca Vargas
La obra titulada “Di susurrando… Te amo mi amor”, proyecto autogestionado por Camilo Guerrero, generó debate no solo en la comunidad puertovarina, sino que se desbordó a las redes sociales. La escultura de 2,8 metros de alto es una liebre de tamaño humano que carga una guagua en sus brazos. En ese sentido, el escultor detalló que está modelada en ferro-cemento y que cuenta con talla en madera de alerce.
¿Cuál fue tu intención al presentar esta obra?
“Desde un principio la obra nunca se hizo para que quedara emplazada en ese lugar, era una muestra de verano. En el fondo son varias cosas. Por un lado es mostrar el proceso de elaboración de una escultura, salir del taller y mostrar un proceso afuera, en el espacio público y en ese sentido hacer algo bien pedagógico. Eso era lo que estaba haciendo, mostrando la técnica y cómo se va desarrollando de cero, mostrar el proceso”.
“El otro interés importante es que quiero mostrar esta técnica, la técnica del ferro-concreto y la terminación en mosaico, porque en el fondo aquí en el sur de Chile hay mucho amor por la madera y eso es maravilloso, es maravillosa la madera, pero en el largo tiempo la madera a la intemperie se daña. Entonces quiero darle una vuelta de tuerca a este tema del arte público y del uso de la madera y presentar una alternativa perdurable en el tiempo y que no requiera mantenimiento posterior”.
¿Qué opinas de los comentarios negativos que ha recibido la escultura?
“Me parece maravilloso que se hable de mi obra. En el fondo lo más difícil para un artista es que no digan nada de su trabajo. Entonces hay muchas opiniones que surgen desde la ignorancia total de quién soy yo como artista, de mi trayectoria y de qué trata la obra. En ese sentido los insultos en relación a mi trabajo no importan, van y vienen. Son opiniones muy superficiales”.
“Sería bueno que se presentara un contexto de mi trabajo, pensando en el gremio de los artistas en general que muchas veces se critican a la ligera, pisoteando la dignidad y ninguneado años de trabajo y dedicación”.
¿Cuál es el trasfondo de la escultura?
“En sí misma la obra tiene un contexto que es Puerto Varas y es una opinión que estoy dando a modo de una reflexión escultórica en relación a la masiva migración hacia el sur del país. Desde la pandemia y del estallido social se disparó la migración aquí a Puerto Varas y se puso sobre la mesa el tema de las parcelaciones. Inclusive tuvieron que detener muchas parcelaciones. Había una que estaba desviando un río, así directamente desviando un río para poder tener más parcelas a la venta”.
“Entonces, claro, toda esta explosión demográfica a mi me lleva a hacer una reflexión en relación a cuál es nuestra forma de vincularnos con el medio ambiente y cómo nos relacionamos con las especies que estaban ahí, porque es muy fácil coger 80, 90, 100 hectáreas, incluso la Patagonia, y simplemente trazar líneas y empezar a parcelar y vender bosques. La reflexión que quiero hacer con la escultura es ¿después cómo se van a relacionar esas personas con los animales que están ahí, con la fauna?”.
¿Por qué elegir una liebre?
“En ese sentido la mamá liebre podría ser también una mamá zorro, podría ser una mamá puma, podría ser una mamá pudú. En este caso yo escogí la liebre por algo muy personal y es que en la parcela donde ha crecido mi familia, hace cinco años, cuando llegamos, todos los días veía pasar una familia de liebres y mi hijo creció con esa imagen de que en las mañanas siempre veíamos las liebres y ya no están. Ese detalle tan maravilloso de ver liebres todas las mañanas ya no está. Entonces, seguramente si yo viviera más hacia la Ensenada vería más zorros, de pronto, y el referente personal serían los zorros o los pumas”.
¿La municipalidad te dijo algo luego de esta polémica?
“No, no me han dicho nada. Me había llamado hace unos días la misma persona que me dio el permiso para hacer la obra. Me llamó pidiéndome retirarla, que ya había sido una orden expresa del alcalde retirar la obra. Pero nunca me dijeron los motivos. En el fondo, con la municipalidad solo tengo agradecimiento porque ellos me permitieron hacer la intervención. Siempre se planificó que la obra iba a estar expuesta por un corto espacio de tiempo. Entonces no hay ningún problema. Ahora yo no sé si al alcalde le gustó o no le gustó o si de pronto, bueno, igual no sé si las críticas han afectado mi imagen ante el alcalde o las instituciones de la municipalidad. No me han dicho nada oficialmente”.