Justamente cuando estaba escribiendo estas líneas sobre este tema, apareció en La Tercera la carta dirigida al Senado firmada por 120 académicos, advirtiendo los riesgos y las consecuencias de un nuevo retiro de los fondos previsionales.
Columna de opinión
20.10.2021
Por Horacio Bovolo
Presidente de la Cámara de Comercio, Turismo e Industrias de Puerto Varas
De entre un sinnúmero de impactos posibles, relacionados con la viabilidad del sistema de pensiones, el contexto del delicado equilibrio fiscal y por supuesto ahí aparece la incontenible inflación.
Para quien cursa más de 61 abriles y hartas batallas en Argentina y Brasil, este flagelo no le es ajeno. Quien vivió en carne propia el 4900 % del Gobierno de Alfonsín (si 4900 %) y la hiperinflación de Collor de Melo de casi 2500 %, sabe de qué está hablando.
Además de los estragos que hace la inflación en los sectores medios y populares, hay un trasfondo psicológico que moldea nuestros sentimientos, acciones y forma de pensar.
Sin duda que el ser humano basa su desarrollo personal, profesional en su capacidad de tener un cierto control sobre su situación actual y futura. A mayor tasa de inflación, menor es la capacidad de poder planificar, lo que promueve muchas veces sentimientos de inseguridad, incertidumbre y miedo. Uno se ve afectado en todo, en la relación de pareja, en la autoestima y en la falta de certeza o control.
La mayoría de los ciudadanos carecen de la habilidad de manejarse con parámetros que cambian constantemente, llega la confusión, la incompetencia y el asunto se torna frustrante.
La inflación genera una gran asimetría en la economía y algunos sectores se ven beneficiados más que otros. Son los llamados “vivarachos”, los que surfean la ola, los que están arriba de la pelota. Esto genera un sentimiento de injusticia, ya que en esta batalla no hay reglas, ni normas. La mayoría siente una sensación de injusticia y no puede entender, por cuales motivos no pueden vivir del fruto de su esfuerzo y legítimo trabajo.
Es una lucha muy desconcertante, porque no hay ni 2 o 3 bandos. Es todos contra todos. El empresario remarca los precios, porque no sabe si podrá reponer mercadería. El productor del campo, porque no podrá pagar las semillas ni el crédito del tractor, el comerciante porque no tiene claro si podrá reponer stock de mercaderías, el banco sube la tasa de interés acrecentando la usura y así sucesivamente.
Es estresante, frustrante, agotador y conflictivo. Todo el tiempo pensando cómo ganarle la carrera a la inflación, en vez de como hacer mejor nuestro trabajo y en construir un futuro.
Demás está decir que tantos conflictos generan traumas. De allí que además de bolsillos flacos, la inflación genera problemas mentales serios.
Para quien vio con una tristeza enorme, como se les esfumaban los ahorros de una vida a mis queridos padres de entre sus manos, en el famoso “corralito “.
Puedo decir a cabalidad: Esta película ya la vi y es de terror.
¡No le hagamos el juego a este flagelo por favor!