La seguridad alimentaria en Los Lagos se encuentra en jaque. En parte por la migración de los jóvenes a la ciudad y el aumento de las subdivisiones de terrenos agropecuarios para parcelas de agrado y vivienda.

 04.07.2022
Gentileza Diario El Llanquihue
Por Constanza Hitschfeld y Francisca Vargas

La pandemia del covid-19 ha dejado consecuencias en los sistemas alimentarios. Este fenónemo se incrementó por la escasez hídrica del país y de la región. La crisis sanitaria provocó en la agricultura familiar campesina problemas para la comercialización de sus frutos. Dificultades ocasionadas por los cierres de los puntos de venta y caídas en la demanda de estos productos. Lo anterior se suma al encarecimiento de los insumos agrícolas, especialmente los fertilizantes.

Las familias campesinas están envejeciendo producto de la migración juvenil del campo a la ciudad y reducción de la superficie agropecuaria debido a la subdivisión de sus terrenos. Estos factores generan la pérdida irreversible del suelo agrícola y ganadero arriesgando la seguridad alimentaria de la región y país. La proliferación de loteos para parcelas de agrado y vivienda causa daños irreparables al medio ambiente, fragmentación de los ecosistemas, pérdida de biodiversidad y descenso en la calidad de vida de los habitantes.

Eduardo Yunge, pequeño agricultor, que produce papas, trigo y lecheen la provincia de Llanquihue, explicó que “de la agricultura familiar está quedando muy poco, muy poco. Hemos comentado con mucha gente, muchos amigos, que uno sabe la cantidad de loteos de parcelas que se ven, pero por todos lados. Entonces ha disminuido de una manera impresionante. Todo agricultor que esté con un acceso más o menos bien, buen acceso a su campo, lotea. Lotea su campo y lo vende por parcelas. Muchos lo están haciendo, entre ellos nosotros”.

La superación del hambre y la pobreza sigue siendo lo más importante para la agricultura y ganadería. Para asegurar este avance existe la necesidad imperiosa de producir alimentos saludables, reducir sus desperdicios y residuos, cuidar los recursos naturales, frenar la degradación del medio ambiente, acortar la brecha digital en el campo y promover la equidad de género, junto con el papel de liderazgo de la mujer en la ruralidad.

“No le veo mucho futuro a la sustentabilidad alimenticia de aquí a futuro, digamos, van a quedar los más grandes. Todos los agricultores grandes, ellos siguen en su rubro porque se han tecnificado. Gente de mucha tradición y de mucha cantidad de hectáreas, de campos inmensos. Ellos mantienen la producción ya sea ganadera o ya sea lechera. Pero como te digo, el pequeño agricultor, la agricultura familiar, yo creo que se está terminando”, sostiene Eduardo Yunge.

Pequeños agricultores

En 2019 el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) de Los Lagos contaba con 19.712 pequeños agricultores inscritos. De estos usuarios 1.146 eran jóvenes menores de 35 años. En 2020 este número se redujo levemente a 19.417 agricultores, de los cuales 4.636 corresponden a la provincia de Llanquihue. Actualmente Indap atiende a 17.838 usuarios, contando 9.353 mujeres y 8.461 hombres agricultores, lo que demuestra el cruce entre el género femenino y la ruralidad. Una arista que adquiere relevancia para comprender el estado de la agricultura familiar campesina local.

Patricia Montaldo, directora regional de Indap Los Lagos, expone que, el interés por el trabajo de la agricultura familiar campesina, “disminuyó porque no ha existido esa política pública integradora, pero estamos avanzando hacia eso. Veo también con preocupación el aumento de las parcelaciones en terrenos agropecuarios, que debieran ser siempre superficies productivas, por lo que existe un desafío por regular esa actividad. Me preocupa que de pronto los agricultores consideren más rentable la venta de sus explotaciones por sobre la producción. Eso es un tremendo desafío”.

En Indap Puerto Montt el promedio de edad de los usuarios no varió mucho en los últimos años. Hoy el promedio de edad de los agricultores se encuentra entre los 57 y 63 años. “Es un hecho que la agricultura familiar campesina se ha ido poniendo mayor y de que el recambio no se está produciendo a la misma velocidad”, dice Patricia Montaldo.

Seguridad alimentaria

La directora de Indap Los Lagos agrega que “existiendo agricultura familiar campesina la seguridad alimentaria está asegurada. Estamos trabajando para generar condiciones para que los pequeños agricultores mantengan sus superficies de siembra y sus rebaños ganaderos. Pues hemos constatado que en tiempos de crisis la población vuelve a las ferias, a los circuitos cortos de comercialización y a la compra directa en los predios de los agricultores. Queremos transformar esta crisis en una oportunidad para la agricultura familiar campesina de la región”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) menciona el importante papel que desempeñan los pequeños campesinos. Esta actividad ofrece una oportunidad para asegurar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida, gestionar de mejor forma los recursos naturales, proteger el medio ambiente y lograr un desarrollo sostenible. La agricultura familiar campesina es una parte importante del desarrollo rural y sus frutos necesarios para los habitantes de los sectores urbanos.

Migración

“Si bien es cierto que de manera natural se ha dado la migración desde el campo a la ciudad, yo no diría que el campo no cautivó a las nuevas generaciones, puesto que vemos un número interesante de jóvenes rurales, hijos de agricultores, que están buscando alternativas para desarrollar sus propios negocios. Pero que se encuentran con obstáculos pues no siempre tienen el acceso a la tierra que requieren a veces debido a temas culturales, ya que los padres se niegan a delegar”, continúa la directora Patricia Montaldo.

Indap cuenta con una Mesa Regional de Jóvenes Rurales que se formó en 2015 para trabajar por mejores oportunidades para las nuevas generaciones de campesinos. Hoy cuenta con unos 200 miembros y constituye una de las áreas centrales de trabajo. La institución busca fortalecer ese capital social, humano y económico para evitar que los jóvenes migren del campo a la ciudad. Esto para que cada día existan más iniciativas y emprendimientos liderados hijos de campesinos en la región.

Programa de Desarrollo Local

El Programa de Desarrollo Local (Prodesal) trabaja con la agricultura familiar campesina gracias a un convenio entre los municipios y la dirección regional de Indap. Puerto Montt cuenta con 328 familias beneficiadas de sectores rurales con perfil de microproductor. El programa apoya con asesoría técnica, articulación con instituciones privadas y públicas; y postulación a proyectos que potencien sus rubros productivos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las familias campesinas.

Natalia López, coordinadora de Prodesal Puerto Montt, comenta que “el trabajo del agricultor es demandante, sacrificado en épocas productivas. Es una de las razones de porqué los agricultores motivaron a sus hijos a estudiar una carrera o migrar a la ciudad. Por la oportunidad de tener trabajos estables en remuneración, tiempo y carga laboral. Esto siempre pensando en que tengan mejores oportunidades que ellos. Esto gatilló que muchos dejaron el campo a corta edad para poder estudiar. Muchos quedándose en las zonas urbanas.

Turismo rural

Una alternativa para el desarrollo sustentable de la agricultura familiar campesina es el turismo rural. En Los Lagos unos 454 usuarios de Indap ofrecen estos servicios, de los cuales la mayoría se encuentra en la provincia de Chiloé con 247 emprendimientos. Mientras que en la provincia de Llanquihue se contabilizan 71 usuarios, de los que 20 pertenecen a Maullín, la comuna  que ofrece mayor cantidad de experiencias rurales en el continente.

“Actualmente la mayoría de los agricultores tiene más de 60 años y sus hijos y nietos ya tienen sus vidas formadas en la ciudad. Esto pone en riesgo la seguridad alimentaria de la comuna, región y país. Ya que la fuente de alimentación de gran parte de la población viene del trabajo del pequeño agricultor. Cuando ellos ya no estén probablemente sus predios y sistemas productivos serán vendidos o utilizados para actividades que no son agropecuarias”, añade la coordinadora.

Agricultura familiar campesina

La agricultura familiar campesina es una forma de organización para la producción agrícola, como por ejemplo, el cultivo de hortalizas, frutales y papas. Así como también para la crianza de bovinos, ovinos, porcinos y aves de corral del sector pecuario. Se basa principalmente en el trabajo de los miembros de un grupo familiar, independiente de la forma de tenencia de la tierra, de la superficie, explotación o su valor. Estos campesinos son principalmente multirubristas que tienen de todo a baja escala para el consumo y posteriormente la venta de los excedentes.

Carolina Navarro, coordinadora de Prodesal Fresia, dice que “nosotros como Prodesal solamente vemos a usuarios a pequeños usuarios que están inscritos acá en Prodesal. No vemos la totalidad de la agricultura familiar campesina. Ahora ha estado en cierta forma regular, porque igual han tenido las ayudas de lo que es el tema de Indap, los programas y todo el tema, pero igual ha habido otros factores. Como por ejemplo, los insumos más caros, cosas que han dificultado de repente la compra de los productos. Todo lo que es el producto de los alimentos”.

Subdivisión predial en territorio agrícola

En lo que va del año, hasta el 31 mayo, el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) aprobó 1.680 certificados para subdivisión predial en territorio agrícola, ganadero o forestal de Los Lagos. Un poco más de los 1.354 certificados entregados durante todo el 2013, cifra que ascendió levemente a 1.788 en 2019 y se disparó a 2.500 parcelaciones promedio por año desde el inicio de la pandemia.

Eduardo Monreal, director regional del SAG, afirma que “con fecha 16 de junio se acaba de constituir la Mesa Interministerial de Seguridad y Soberanía Alimentaria. La cual se encargará de hacer una propuesta de Plan para Enfrentar la Contingencia Alimentaria. Primeramente, realizará un cronograma de actividades y luego una política nacional de Seguridad y Soberanía Alimentaria. Este trabajo está en proceso y cualquier falta de alimentos que se produzca en las regiones quedará bajo la actividad de esta Comisión, la cual tiene como objetivo identificar medidas de corto, mediano y largo plazo que garanticen el acceso de alimentos de calidad a la población de todo el país”.

Crisis alimenticia

La propuesta de la Comisión Nacional para la Seguridad y Soberanía Alimentaria se presentará a mediados de enero 2023. Esta instancia de carácter publico-privada incluye actores institucionales de la cadena agroalimentaria del país para enfrentar la crisis alimenticia que se extiende a nivel mundial. La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) alertó sobre las dificultades que existen frente a los elevados precios de los fertilizantes, alza en los precios de la energía y la crísis hídrica que repercute directamente en el sector agrícola.

“El SAG junto a Conaf, el Minvu y el Consejo de Defensa del Estado están participando en una mesa de trabajo en la que se está abordando en conjunto esta situación. Es importante señalar que el uso del territorio está definido por varios factores como los económicos, sociales, históricos y climáticos. Por lo anterior, la disminución de superficie para uso agrícola debe ser enfrentada desde distintos ámbitos”, sostiene Eduardo Monreal.

La proliferación de parcelaciones ubicadas en suelo agrícola y que ofrecen proyectos habitacionales, tiene en alerta principalmente a los muncipios de Puerto Montt y Puerto Varas. La urbanización extendida sin planificación provocó la pérdida irreversible de suelo agrícola, ganadero o forestal. Esto no solo reduce la capacidad para proveer seguridad alimentaria. Sino que también causa daños irreparables al medio ambiente y calidad de vida de sus habitantes.