Cada verano, la búsqueda de conexión con la naturaleza por miles de personas paradójicamente resulta en su destrucción, amenazando la fauna adaptada durante siglos. Un ejemplo trágico es la alta cifra de pudúes atropellados y la destrucción de nidos de aves por vehículos
11.02.2025
Por Ingrid Espinoza
Directora de Conservación
Rewilding Chile.
Columna de Opinión: Un Pudú en la Carretera: Tragedia en el Parque
Cada verano, miles de personas buscan la naturaleza para desconectarse. Pero en su intento de acercarse, la destruyen. La fauna, que lleva siglos adaptándose, enfrenta su peor amenaza: nosotros.
Un pudú intenta cruzar la ruta hacia el río Petrohué. Apenas toca el asfalto, un auto lo impacta. Nadie frena. Es el noveno pudú atropellado en este parque solo este verano. En las playas, los 4×4 arrasan con nidos de aves, aplastando huevos que jamás eclosionarán. En los parques, perros corren sueltos, persiguiendo y matando crías de animales que los turistas vinieron a admirar.
Hemos llenado las rutas de señaléticas y campañas como “Lento por la Fauna”, impulsada por el Ministerio de Transportes junto a Conaf y SAG. Pero de nada sirven si seguimos actuando como si la naturaleza fuera un decorado para nuestras vacaciones.
Queremos naturaleza, pero la devastamos. Queremos vida silvestre, pero la exterminamos. La conservación no depende solo de normativas. Es bajar la velocidad, no ingresar con perros, respetar los ecosistemas frágiles. O seguimos como hasta ahora, y la próxima vez que visitemos un parque, lo único que encontraremos serán huellas de lo que alguna vez estuvo ahí.