Las mujeres juegan un papel crucial en la defensa del medio ambiente, enfrentando riesgos significativos que incluyen violencia y amenazas. Entre 2015 y 2019, más de 1.300 defensores de derechos humanos fueron asesinados, con un aumento notable en Latinoamérica. La ONG Amaranta trabaja para apoyar a estas defensoras ambientales a través de talleres y redes de apoyo, destacando casos como el de Vilma Mellado y Julia Chuñil. Amaranta también organiza encuentros territoriales para fortalecer el tejido social y proteger a quienes defienden el territorio.
06.03.2025
Por Camila Díaz
Las mujeres ocupan un rol fundamental en la defensa del medio ambiente, a pesar de que este activismo les puede costar la vida: entre los años 2015 y 2019, fueron 1.323 las personas defensoras de los derechos humanos asesinadas por estar al frente de esta lucha (OACNUDH); junto con esto “entre 2002 y 2017, las muertes de defensores medioambientales ocurridas en el mundo se duplicaron, y del total de decesos (1.558), 75% tuvieron lugar en Latinoamérica” (Chain, Lambrick, Menton, y Renwick, 2019).
Ante este grave panorama a nivel regional y global, urge generar una red que permita actuar desde la unión, solidaridad y la creatividad frente a las diversas violencias que existan contra las personas defensoras, tales como amenazas, amedrentamientos, coerción y/o violencia directa. “Cuidar a quiénes nos defienden es responsabilidad de todas/os las/os que habitamos los territorios que actualmente se encuentran peligrando por la acción de proyectos que pretenden instalarse sin considerar los intereses, visiones y cuidados de sus comunidades y naturaleza”, señalan desde la organización Amaranta.
Iniciativas de Amaranta para la defensa ambiental
Desde su fundación en 2018 en Concepción, esta agrupación se ha consolidado como un actor clave en la lucha por la prevención y erradicación de la violencia contra mujeres, disidencias y niñeces. Conformada por un equipo de diez profesionales comprometidos con la causa, la ONG trabaja a través de talleres, charlas y diversas iniciativas para generar espacios de apoyo mutuo, cuidado y concienciación en los territorios.
En este contexto, que a través de un fondo ambiental de Patagonia, orientado a apoyar iniciativas que buscan proteger tanto a los ecosistemas y a las personas, la organización ha abordado la problemática de la violencia contra defensoras ambientales. Destacan casos como el de Vilma Mellado, quien ha recibido amenazas por su lucha contra la empresa AES Andes y la instalación de una planta de aerogeneradores en Los Ángeles. Como también el caso de Julia Chuñil, dirigente mapuche y defensora ambiental, quien lleva en la actualidad tres meses desaparecida en la Región de los Ríos.
Encuentros territoriales: espacios de resistencia, cuidado y redes de apoyo comunitarias
Amaranta llevó a cabo dos encuentros clave en Concepción y Longaví, donde más de 70 mujeres defensoras de la naturaleza han compartido experiencias, construido redes de apoyo y visibilizado sus luchas. Durante estos encuentros, se identificaron las principales amenazas en cada zona: en Concepción, la expansión de forestales y la instalación de proyectos energéticos que impactan negativamente en las comunidades; en Longaví, la lucha por la soberanía alimentaria y la protección de semillas agroecológicas frente a la contaminación de la industria agrícola, que en consecuencia también afecta la salud de las personas a través de la nutrición y el consumo de alimentos con químicos.
“La necesidad de generar más instancias como estas es evidente. Son espacios fundamentales para el fortalecimiento del tejido social y la protección de quienes defienden la vida y el territorio”, señalan desde Amaranta. Como resultado de estas instancias, las participantes han mantenido el contacto a través de grupos en diferentes plataformas para la difusión de nuevas iniciativas y futuros encuentros.
El impacto de la industria energética en las comunidades
Uno de los temas centrales que ha abordado la ONG Amaranta es el impacto de las llamadas “energías limpias”, como los parques eólicos, que muchas veces se presentan como soluciones sostenibles, pero que en la práctica afectan gravemente a las comunidades cercanas. Desde la organización señalan firmemente que la instalación de aerogeneradores en territorios habitados tiene algunas complicaciones importantes que no son visibilizadas como lo es el “efecto sombra”, un fenómeno visual causado por las aspas de los aerogeneradores. Este puede generar molestias visuales, estrés y, en algunos casos, afectar la salud de quienes viven en las proximidades.
“La forma en la que se implementan estos proyectos es profundamente invasiva. En muchos casos, se instalan sin la consulta adecuada a las comunidades afectadas, lo que perpetúa la violencia ambiental y territorial”, enfatizan desde la organización.
Próximas actividades y el compromiso de Amaranta
En el marco del 8M, Amaranta prepara una serie de actividades para seguir visibilizando las problemáticas que afectan a las mujeres y disidencias en los territorios. Además, la organización mantiene su compromiso de seguir trabajando en la erradicación de la violencia de género a nivel nacional, estableciendo alianzas con otras organizaciones y fortaleciendo su presencia en comunidades vulneradas.
“Sabemos que el camino es largo, pero nuestro compromiso es firme: seguir construyendo espacios seguros, visibilizar las violencias que aún persisten y generar redes de apoyo para quienes luchan por un mundo más justo y equitativo”, concluyen desde Amaranta.
Puedes descargar aquí el Fanzine del “Encuentro de Mujeres Defensoras por la Zona Centro Sur”.