El desgaste laboral y el estrés pueden llevar a un nivel de agotamiento extremo, conocido como “burnout”, que afecta física, mental y emocionalmente. Es fundamental reconocer la importancia de momentos de ocio y desconexión para prevenir este síndrome y mejorar el bienestar general.
11.06.2024
Por Raúl Sánchez
Psiquiatra, director
Centro Clínico del Animo y la Ansiedad
Con frecuencia, se tiende a postergar los momentos de ocio y desconexión para priorizar obligaciones de la vida laboral, familiar y social. Sin embargo, es difícil hacerse consciente de las repercusiones que supone el desgaste que provoca el trabajo excesivo. Se ha hecho habitual escuchar hablar sobre ”burnout” también conocido como “sentirse quemado”, que se refiere a un nivel de agotamiento tan alto, que afecta a nivel físico, mental y emocional.
Con frecuencia, se tiende a postergar los momentos de ocio y desconexión para priorizar obligaciones de la vida laboral, familiar y social. Sin embargo, es difícil hacerse consciente de las repercusiones que supone el desgaste que provoca el trabajo excesivo. Se ha hecho habitual escuchar hablar sobre ”burnout” también conocido como “sentirse quemado”, que se refiere a un nivel de agotamiento tan alto, que afecta a nivel físico, mental y emocional.
Como resultado, se dificultan las relaciones con los demás, estar en armonía consigo mismo y conseguir un estado de bienestar general. Un estudio que investigó a cinco países de la región, posicionó a Chile como el segundo, con más trabajadores que presentan el síndrome de estrés laboral. Resultados que llaman a la reflexión.
Es preocupante, que los trabajadores sientan un cansancio tan extremo que les impida desenvolverse con normalidad en sus actividades diarias, tanto a nivel laboral como personal. Es esencial que las personas comprendan la importancia de tener momentos de ocio, donde puedan escapar de la rutina, realicen actividades que disfruten, aprovechen el aire libre, duerman y se desconecten de la vorágine del día a día o, simplemente dediquen tiempo a no hacer nada.
Las actividades de desconexión no deben realizarse por cumplir; dedicarles tiempo trae múltiples beneficios y deben ser momentos protegidos e inamovibles de la rutina diaria. Al incluirlas, no sólo se aumenta la autoestima y la creatividad, sino que también proporciona un descanso de mayor calidad y refuerza las relaciones interpersonales.
Otro aspecto clave es que el ocio aumenta la productividad y rendimiento laboral de una manera significativa, ya que potencia la capacidad de innovar, el pensamiento crítico y la adaptabilidad a diversos escenarios. Lo que favorece, el desempeño y disposición en el trabajo y favorece el éxito de los objetivos con el equipo. Además, contribuye a mejorar la concentración y el estado de vigilancia, dos aspectos fundamentales en cualquier tipo de trabajo.
La sobrecarga de trabajo afecta las relaciones y repercute en el desempeño cotidiano. La recomendación está en encontrar un equilibrio entre la vida personal y laboral que permita enfocarse en momentos de recreación, darle espacio a los pasatiempos y lograr salir del círculo vicioso del estrés que no hace más que aumentar la fatiga y reducir la productividad.
Reconocer la importancia del ocio y la desconexión para prevenir el síndrome de burnout, permite vivir una vida más plena y feliz, donde el bienestar personal es prioridad sobre el trabajo.